María Rodríguez Lazo, responsable del Área de Nutrición de Grupo IHP, ha compartido sus perspectivas sobre la nutrición pediátrica y el impacto crucial en la vida futura de los niños en el desayuno-coloquio “Somos lo que comemos. Aprender a comer, una necesidad prioritaria”, organizado por Grupo Joly. En el encuentro se ha abordado la relevancia de la nutrición saludable en edades tempranas con un enfoque integral que incida en la infancia, especialmente, en los menús escolares. Mejorar los hábitos alimentarios es un objetivo que debe contar con la implicación de distintos profesionales sanitarios, perspectiva social, educación y políticas públicas adecuadas, según se puso de manifiesto. Y es que la OMS viene alertando con preocupación del incremento sostenido de la obesidad en el mundo. Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado, llegando a 2016 a nivel mundial con 41 millones de niños menores de cinco años y 340 niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad. Más de 1.900 millones de personas mayores de 18 años tienen sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones padecen obesidad.
La especialista del centro pediátrico andaluz ha resaltado la importancia de actuar precozmente. “La nutrición pediátrica es la semillita que vamos a plantar en la infancia de nuestros niños para poder cosechar una vida saludable y próspera en el futuro”, ha expresado. Además, María Rodríguez Lazo ha hecho hincapié en el papel esencial del dietista nutricionista pediátrico, subrayando que su labor asistencial puede tener un impacto significativo en la salud a lo largo de toda la vida. “Es fundamental promocionar soluciones y herramientas prácticas a las familias para que puedan implementar de manera proactiva los consejos nutricionales”, ha afirmado también.
María Rodríguez Lazo ha reconocido los desafíos actuales que enfrentan las familias con los niños comiendo en diferentes entornos como comedores escolares. Asimismo ha destacado la necesidad de cuidar estas herramientas y ha abogado por un debate sobre los comedores escolares y de escuelas infantiles donde van los menores desde los seis meses.
En este sentido, la especialista ha aludido a “la calidad nutricional de los alimentos ofrecidos en los comedores escolares”, destacando ejemplos específicos de menús desequilibrados y la conveniencia de revisiones constantes de los menús por parte de dietistas nutricionistas. “A veces se incluyen lácteos, que son lácteos azucarados, o en lugar de piezas de frutas se dan zumos de frutas o dulces industriales”, y ha añadido que los menús escolares deben ser completos, variados y educativos en términos de frecuencia, sabores y texturas.
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