El verano es una época en la que los niños pueden disfrutar del tiempo en la playa y la piscina. Sin embargo, las actividades al aire libre y bajo el sol pueden afectar a su piel, una parte sensible del cuerpo que necesita atenciones especiales. ¿Qué debemos tener en cuenta para proteger la piel de nuestros hijos?
En este blog vamos a darte algunas recomendaciones para evitar errores comunes y disfrutar de un verano saludable y en familia. Porque si cuidas la piel de tu hoy, ayudas a proteger su salud de mañana.
1. Renovar la aplicación de la crema solar. Uno de los errores más comunes es no aplicar protector solar con la frecuencia necesaria. El protector solar debe aplicarse 30 minutos antes de la exposición al sol y reaplicarse cada dos horas, especialmente después de los baños en el agua. Además, es crucial utilizar un protector con un factor de al menos 50.
2. Evitar la exposición solar en horas centrales del día. Debemos resguardar del sol a los niños entre las 12:00 y las 18:00 horas, cuando los rayos UV son más fuertes, pues es cuando aumenta significativamente el riesgo de quemaduras solares.
3. Usar ropa protectora. Es importante que los niños, principalmente hasta los 6 meses, pero también en adelante cuando la exposición al sol es prolongada, usen gorros y ropa que proteja la piel de la radiación ultravioleta.
4. Prestar atención a la hidratación. En verano, aumenta la sequedad de la piel de los niños y se vuelve más sensible. Asegúrate de hidratar su piel con cremas después de cada baño.
5. Enjuagar la piel después del baño en la piscina. El cloro de las piscinas puede irritar la piel de los niños, especialmente aquellos con piel sensible o atópica. Es importante enjuagar a los niños con agua dulce después de los baños.
6. Proteger correctamente la piel atópica. Los niños con piel atópica deben utilizar siempre protectores solares minerales o físicos y asegurarse de hidratar su piel adecuadamente puede prevenir brotes de esta afección.
7. Actuar contra los hongos. El calor y la humedad del verano crean un ambiente ideal para la proliferación de hongos que pueden afectar a la piel de los niños. Mantener la piel seca, utilizar ropa transpirable y cambiar los trajes de baño mojados rápidamente puede ayudar a prevenir infecciones fúngicas.
En Grupo IHP contamos con especialistas en dermatología que se ocupan del conocimiento y estudio de la piel de los niños y adolescentes, así como del tratamiento frente a las enfermedades que la afectan.