Cada día en la vida de nuestros hijos es una aventura de descubrimiento y crecimiento. Sin embargo, también es crucial prestar atención a posibles señales que indiquen dificultades en su neurodesarrollo que afecten a sus habilidades diarias y su relación con el entorno familiar y educativo. 

Mª Ángeles Naranjo, psicóloga especialista en atención temprana de Grupo IHP, señala que “detectar y abordar estas dificultades de manera temprana ayuda a mejorar el desarrollo académico de los niños, a promover su bienestar emocional y su relación y comportamiento en su ambiente social”.

Con el apoyo adecuado de profesionales y la colaboración entre la familia y los profesores en guarderías y colegios podemos brindar a nuestros hijos las mejores oportunidades para alcanzar su máximo potencial.

Prevención e intervención temprana

Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, pero es importante recordar que algunas dificultades pueden manifestarse durante estos años cruciales. ¿Qué es importante tener en cuenta?

1. Detectar problemas en el neurodesarrollo de los niños puede requerir una observación cuidadosa y sistemática para actuar a tiempo y prevenir futuras complicaciones.
2. La familia y la escuela son los primeros en detectar posibles señales de alerta en el neurodesarrollo de los niños. Ante cualquier sospecha, es crucial contactar lo antes posible con el pediatra, el neuropediatra y el equipo de atención temprana para una evaluación detallada y una intervención oportuna.
3. En estas edades tempranas, la plasticidad cerebral es alta, lo que significa que el cerebro de los niños es altamente maleable y receptivo al aprendizaje. Por lo tanto, comenzar el tratamiento lo antes posible es fundamental para maximizar los resultados.

Señales que alertan de posibles problemas en el neurodesarrollo de los niños de 3 a 6 años

• Falta de autonomía. Dificultad para realizar actividades básicas de la vida diaria de manera independiente.
• Dificultades en el lenguaje. Vocabulario limitado, falta de comprensión, mala pronunciación, estructuración desordenada de las frases o no saber asociar las palabras con los objetos que se le nombra. 
• Problemas de motricidad. Torpeza al correr, saltar, subir escaleras, habilidades motoras finas deficientes, como la incapacidad para hacer la pinza con los dedos, entre otros.
• Desafíos en la percepción espacial y corporal. Dificultades para reconocer el esquema corporal así como para orientarse de manera espacio-temporal. 
• Dificultades en el aprendizaje de las Matemáticas. Cuando el niño no puede asociar números con sus grafías, seguir secuencias numéricas, razonamiento matemático o comprensión de conceptos básicos de cantidad.
• Problemas atencionales. Impedimentos a la hora de manejar una adecuada calidad atencional y una buena atención sostenida, imprescindible para el desarrollo del niño.

Grupo IHP cuenta con especialistas en atención temprana que trabajan con la población infantil, su familia y los profesores de los centros educativos con el objetivo de prevenir posibles trastornos en el desarrollo de los niños y atender a aquellos que los padecen o tienen riesgo de padecerlos.