Recomendaciones para limitar el uso de pantallas y fomentar hábitos saludables desde la infancia.
Cada vez es más frecuente que niños y niñas pasen muchas horas frente a una pantalla. La televisión, los móviles, las tablets, hasta pizarras interactivas forman parte de su día a día y, a menudo, resulta difícil poner límites. Sin embargo, el uso excesivo de estos dispositivos puede afectar al descanso, la concentración y, especialmente, al tiempo que deberían dedicar a moverse, jugar y relacionarse con otras personas.
Reducir el tiempo de exposición a las pantallas no tiene por qué ser una lucha diaria. La clave está en hacerlo poco a poco, con rutinas claras y buen ejemplo. Establecer horarios definidos resulta de gran ayuda. Por ejemplo, evitar el uso de pantallas durante las comidas o en la hora previa al sueño. Cumplir siempre las mismas normas facilita que los niños las acepten.
También es importante que en su tiempo libre realicen actividades que impliquen movimiento. Salir al parque, pasear, montar en bici, jugar a la pelota o incluso ayudar en pequeñas tareas en casa, son varias acciones cotidianas que se pueden establecer. Si los niños tienen opciones entretenidas, les resultará más fácil dejar a un lado los dispositivos.
La implicación familiar también juega un papel esencial. Cuando los adultos proponen juegos, se implican o simplemente acompañan, el momento se convierte en una oportunidad para compartir y fortalecer los lazos familiares.
Los niños aprenden observando, por lo que ver a los adultos disfrutar de actividades sin pantallas es el mejor ejemplo que podemos ofrecerles.
Existen algunas ideas para ayudar a las familias a introducir estos cambios:
- Establecer zonas sin pantallas, como el comedor o las habitaciones.
- Definir horarios y tiempos concretos de uso, adaptados a la edad.
- Garantizar al menos 30 minutos diarios de actividad física, ya sea juego, paseo o deporte.
- Aprovechar los fines de semana para hacer actividades al aire libre en familia.
- Evitar pantallas antes de dormir, ya que alteran el descanso.
- Dar ejemplo, limitando también el uso de dispositivos por parte de los adultos.
En definitiva, reducir pantallas y fomentar el movimiento es posible si toda la familia se implica. Con organización, paciencia y constancia, se pueden crear hábitos saludables en la infancia que mejoren su desarrollo físico, emocional y social.
Desde Grupo IHP recordamos la importancia de limitar la exposición a las pantallas desde edades tempranas. Acompañar a los niños en el uso responsable de la tecnología y promover la actividad física diaria son acciones esenciales para cuidar su salud y favorecer un desarrollo equilibrado. Para cualquier consulta relacionada con este tema, puede pedir cita en uno de nuestros centros.





