El sistema nervioso del recién nacido prematuro está aún en desarrollo en el momento de nacer, por lo que “debemos hacer lo posible para no interferir en el mismo”. Y según los especialistas de IHP, para ello “debemos mantener un ambiente lo más parecido posible al útero materno, intentando evitar estímulos como el ruido, la luz, el dolor… y manteniendo otros como la postura, el olor de la madre, el sonido de las voces de los padres o el contacto piel con piel”.
Cada recién nacido, en cada momento de su desarrollo y de su situación clínica, va a tener unas necesidades específicas. “Nosotros podemos interpretar algunos signos (constantes vitales y comportamiento) que nos ayuden a reconocer estas necesidades y ajustar nuestros cuidados a ellas”, reconoce la responsable de la Unidad de Neonatología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, María Dolores Gómez Bustos, y una de las coordonadoras de Neonatología del Grupo IHP.