Desde los primeros garabatos hasta los trazos con intención, el desarrollo de habilidades grafomotoras sienta las bases para el aprendizaje de la escritura. Incorporar actividades lúdicas como cajones sensoriales, juegos de orientación espacial o tareas que fomenten la coordinación óculo-manual puede marcar la diferencia en el desarrollo psicomotor de los niños de 1 a 4 años.
Qué es la grafomotricidad y cuándo comienza a desarrollarse
La grafomotricidad es la habilidad que los niños desarrollan para hacer los movimientos necesarios para aprender a escribir. María Blanco Carmona, pedagoga especialista en atención temprana de Grupo IHP, explica cómo fomentar estas habilidades desde los primeros años y qué ejercicios pueden ayudar a los niños a desarrollar su psicomotricidad fina de manera adecuada.
“Para que se desarrolle bien, es importante que los niños también mejoren otras capacidades, como saber usar un lado del cuerpo más que el otro (lateralización), entender lo que ven (percepción visual) y coordinar lo que sienten con sus movimientos (integración sensorial)”, asegura la especialista.
Desde los 18 meses, los niños empiezan a realizar sus primeros garabatos y alrededor de los 20 meses, aparecen trazos más amplios conocidos como “barridos”, realizados con el movimiento del codo, aunque sin observar lo que dibujan", detalla la Dra. Blanco.
Entre los 2 y 3 años, “con el control del movimiento de la muñeca y la coordinación ojo-mano, el niño comienza a seguir sus trazos con la mirada”, cuenta la especialista de IHP. “Ya, a los 3 años, la percepción visual entra en juego, y a los 4 años, los dibujos empiezan a tener intencionalidad, marcando el inicio de la etapa preesquemática, en la que pueden representar figuras humanas básicas”.
El desarrollo del agarre del lápiz también es progresivo. "De 1 a 2 años, los niños usan un agarre cilíndrico, mientras que entre los 2 y 3 años pasa a un agarre digital pronado", explica la pedagoga. A los 3 y 4 años, evoluciona hacia una pinza cuadrípode, que permite mayor precisión en los trazos.
Juegos y actividades para estimular el aprendizaje
Fomentar la grafomotricidad de manera lúdica y respetando los tiempos de cada niño es crucial para garantizar un buen inicio en el aprendizaje lectoescritor. Desde Grupo IHP, María Blanco Carmona recuerda: "La paciencia, el juego y la estimulación adecuada son la base para que los niños desarrollen todo su potencial." Y añade: "Los adultos debemos ser mediadores, acercándolos a situaciones que les permitan aprender mientras disfrutan."
Éstas son algunas pautas: