Los espasmos del sollozo son episodios que pueden desencadenar una gran alarma entre los padres y madres, pero ¿qué son realmente? ¿Son motivo de preocupación? 

En una entrevista con Infosalus, la Dra. María José Lirola Cruz, pediatra, reumatóloga y coordinadora del Área de Docencia de Grupo IHP, así como responsable del servicio de Pediatría del del centro pediátrico andaluz en el Hospital Quirónsalud Materno Infantil de Sevilla, ha explicado las causas y curiosidades acerca de estos episodios transitorios que ocurren en la infancia. La especialista ha insistido en que buscar orientación médica tras el primer episodio y conocer las pautas de actuación ayudará a las familias a darle manejo y superarlo.

¿Qué son los espasmos del sollozo?

Los espasmos del sollozo son fenómenos no epilépticos que pueden ocurrir en niños. Según la Dra. María José Lirola Cruz, estos espasmos afectan aproximadamente al 5% de la población infantil, más frecuentes entre los bebés a partir de los 6 meses, y suelen desaparecer en torno a los 6 años de edad. “Cabe destacar que el pronóstico de estos espasmos es benigno y que estos niños mantienen un desarrollo neurológico normal”, ha afirmado la especialista de Grupo IHP.

Causas de los espasmos del sollozo

Aunque la causa exacta de los espasmos del sollozo no se conoce con certeza, existen parámetros que suelen repetirse en gran parte de los casos:

• Son más comunes en niños cuyos padres también los han experimentado.
• Afectan más frecuentemente a niños con cierto temperamento y baja tolerancia a la frustración.
• Es común que esta reacción del niño se dé en núcleos familiares con padres y madres sobreprotectores, con altos niveles de estrés y con cierta tendencia a la depresión.
• Ciertos déficits nutricionales, como la falta de selenio o hierro, podrían desempeñar un papel en la ocurrencia de estos episodios.

Manejo y prevención de los espasmos del sollozo

1. Evitar aquellas situaciones estresantes que puedan generar estos episodios en el niño.
2. Trabajar por que el niño tolere mejor ciertas frustraciones. 
3. Ante los espasmos del sollozo es importante mantener la calma, no zarandear al niño y tranquilizarlo sin regañarlo.
4. No es necesario realizar maniobras de reanimación, ya que el niño generalmente recupera la conciencia por sí solo. 

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