Uno de los principales riesgos a los que están expuestos nuestros hijos durante el verano es la otitis. Si bien no es un problema que se da solo en estos meses, hay una serie de factores que hacen que durante esta época del año sea muy frecuente, especialmente en los más pequeños.
En este artículo la Dra. Teresa Jiménez Tur nos explica en qué consiste la otitis, cómo identificarla y cómo debemos actuar para prevenirla, sobre todo, durante los meses estivales.
La otitis es una infección del oído generalmente de origen bacteriano. Sin embargo, durante los meses de verano son muy habituales las causadas por hongos.
Dependiendo de la zona del oído a la que afecten se distinguen distintos tipos. Así, las otitis externas afectan al pabellón auricular y al conducto auditivo y las otitis medias al oído medio.
En cuanto a los síntomas de esta infección son, por lo general, dolor de oídos y secreciones, conocidas como otorrea. Aunque, tal y como ha indicado la Dra. Jiménez Tur, en las otitis medias puede puede aparecer fiebre.
Las causas de la otitis, según la otorrino de Grupo IHP, dependen del tipo de infección. De esta forma, la otitis media se relaciona con los catarros de vías altas y es más habitual en invierno. Por su parte, la otitis externa es más frecuente en verano y se produce tras la entrada de gérmenes en el conducto debido a los baños en la playa o piscina. Por esta razón, a este tipo se le conoce también como la otitis del nadador.
Aunque la otitis no es una infección sólo de niños, es más frecuente durante la infancia. Esto se debe a que en invierno los menores padecen más catarros de vías altas y la constitución de su trompa de Eustaquio es aún inmadura, permitiendo la entrada de bacterias por ella hasta el oído medio. Mientras, en verano, los niños pasan más tiempo bajo el agua, por lo que aumenta la probabilidad de infección en esta población.
Para prevenir la otitis en los niños durante los meses de verano, la Dra. Teresa Jiménez Tur recomienda evitar los baños en agua que sospechamos contaminadas y secar bien los oídos por fuera después de los baños.
Asimismo, aconseja que en los meses previos a la época de baños, entre mayo y junio, los niños con tendencia a formar tapones de cerumen acudan a revisión para limpiar sus oídos y evitar que durante el verano se produzca estancamiento de agua al sumergir la cabeza en el mar o en las piscina.
En cuanto al uso de tapones para los oídos durante el baño no es recomendable su uso por sistema. Sólo algunos niños que padecen determinados problemas otológicos necesitan utilizarlos para evitar la entrada de agua.
Por último, la especialista de Grupo IHP considera fundamental acudir al otorrino cuando aparezcan los primeros síntomas. Es decir, cuando a nuestros hijos comienzan a dolerles los oídos, sospechamos que no escuchan bien, u observamos que tienen secreciones en el oído.