Todos hemos oído alguna vez que, para evitar un corte de digestión, hay que esperar dos horas tras cada comida antes de poder bañarnos en la piscina o en la playa. Ante esta afirmación, el Dr. Joaquín Reyes Andrade, gastroenterólogo pediátrico de Grupo IHP, nos ofrece una explicación médica y una serie de consejos para evitar estos problemas en nuestros #GrandesPequeños.
Tal y como ha explicado el Dr. Reyes, el corte de digestión se debe a un cambio brusco de temperatura cuando una persona se sumerge rápidamente en el agua, lo que ocasiona una serie de síntomas. Estos pueden ser leves, como náuseas, vómitos, palidez, escalofríos, tiritonas o visión borrosa, pero también puede llegar a producir mareo con pérdida de consciencia. “Es en este último caso en donde radica el problema principal, ya que si ese desmayo se produce dentro del agua, existe riesgo de ahogamiento”, ha advertido el experto.
En cuanto a la causa, el especialista de Grupo IHP ha aclarado que “la diferencia térmica entre el cuerpo del niño y el agua fría es la que genera este cuadro. A nivel médico, lo que causa este choque de temperatura es una disminución en el aporte de sangre a los vasos sanguíneos”.
Asimismo, el Dr. Reyes Andrade ha recalcado que, aunque comúnmente se le llama corte de digestión, es más correcto hablar de hidrocución. Según él, “el ‘corte de digestión’ hace referencia a los síntomas digestivos con los que suele cursar el cuadro e, indirectamente, también hace alusión a la creencia de su íntima relación con la ingesta previa de comida”, sin embargo, “este tipo de proceso se puede producir haya ingesta previa o no”. Por ello, ha insistido, “el término adecuado es el de hidrocución”.
Sobre la creencia de que es hay que esperar dos horas para bañarse tras haber comido, el especialista en digestivo ha explicado que, generalmente no es necesario. Si durante ese mismo periodo de tiempo el niño juega al sol, será más probable que se produzca un choque térmico. “Existe más riesgo cuanto mayor sea la diferencia de temperatura entre el cuerpo y el agua”, ha insistido el Dr. Reyes Andrade, quien ha detallado los principales factores que pueden ocasionar ese cambio brusco de temperatura, entre los que destacan la exposición al sol o a mucha calor de forma prolongada, la actividad física intensa y lo fría que esté el agua. Además, ha apuntado que “tras una comida muy copiosa sí podría aumentar la posibilidad de generarse este cuadro” y, por tanto, “podría considerarse un factor de riesgo”.
Para prevenir un corte de digestión o hidrocución, lo más recomendable es una introducción gradual en el agua y evitar una exposición solar intensa. “Si mojamos antes algunas partes del cuerpo del niño, cubriendo progresivamente más zonas, el choque de temperatura será más gradual y evitará que se produzca esta reacción brusca”, ha aconsejado el doctor Reyes Andrade.
Si tu hijo muestra síntomas de haber sufrido un corte de digestión, lo primero será sacarlo del agua. “Dado que suelen ser cuadros que revierten en los siguientes minutos u horas, es aconsejable trasladar al niño a un ambiente con temperatura agradable y monitorizar los síntomas. Siempre ante la presencia de efectos más intensos o persistentes, debe ser evaluado de forma urgente por un pediatra”, ha recomendado el especialista de Grupo IHP.
El doctor Reyes ha explicado que los niños pequeños son más propensos a sufrir un corte de digestión debido a los cambios en el flujo sanguíneo durante este problema y los mecanismos compensatorios. Además, según el experto, el hecho de que un niño no reconozca los síntomas iniciales y no tome medidas al respecto, es otro factor clave. “Es muy importante la correcta vigilancia de los niños siempre que se encuentren en un medio acuático”, ha concluido el gastroenterólogo pediátrico.