Uno de los principales riesgos a los que están expuestos nuestros hijos durante el verano son los golpes de calor y las insolaciones. La Dra. María José Gil Domínguez, coordinadora del área de Pediatría de Grupo IHP en el Hospital QuirónSalud Huelva nos explica cómo identificarlos y cómo actuar para evitar problemas más graves.
Tal y como ha subrayado la pediatra, tanto el golpe de calor como la insolación “son aumentos de la temperatura corporal por exposición a altas temperaturas”. La diferencia fundamental entre ambos términos es que la insolación se debe a la exposición directa a la radiación solar y el golpe de calor puede darse también a la sombra o en un entorno cerrado, siempre que la temperatura sea elevada, por ejemplo, en el interior de un coche o haciendo ejercicio intenso en un lugar caluroso.
Los síntomas son similares en ambos casos. Entre ellos destacan el aumento de la temperatura corporal (fiebre hasta 40ºC), calambres musculares, debilidad, cefalea, irritabilidad, taquicardia, náuseas, vómitos, mareos e incluso, en los casos más graves, desmayos o pérdida de conciencia. Según la especialista de Grupo IHP, en la insolación la piel suele presentarse enrojecida y sudorosa, mientras que en el golpe de calor la piel suele aparecer seca, caliente y enrojecida.
La edad es determinante a la hora de sufrir una insolación o un golpe de calor. La Dra. Gil Domínguez ha apuntado que ambos son más frecuentes en niños menores de 3 ó 4 años y que en lactantes son especialmente graves. “Los bebés, por sus características fisiológicas, tienden a regular mal las subidas de temperatura al no tener maduros los mecanismos de defensa (respiración, sudoración, etc) para regular la temperatura corporal”, ha aclarado.
La prevención es fundamental, según ha destacado la especialista de Grupo IHP. No en vano, ha ofrecido una serie de recomendaciones para evitar insolaciones y golpes de calor:
Tan importante es procurar prevenirlos como saber actuar si un niño sufre uno de estos problemas. “Tanto el golpe de calor como la insolación son una emergencia médica que puede evolucionar en poco tiempo hacia la muerte del paciente”, ha alertado la Dra. María José Gil, por lo que considera “fundamental derivar al paciente lo antes posible al centro sanitario más cercano para su valoración”. Según la pediatra, hasta que el niño pueda ser atendido por el personal médico hay una serie de cuidados que podemos prestarle: