Ya ha llegado el verano y, con él, las vacaciones escolares, el calor y los días de playa y piscina. En estos meses nuestros hijos están expuestos a una serie de riesgos derivados de las altas temperaturas y las actividades de ocio propias de esta época del año.
Para evitar los principales problemas en niños durante los meses estivales, el Dr. Francisco Giménez Sánchez, coordinador de Pediatría de Grupo IHP en los hospitales Vithas de Almería y Granada, ha ofrecido una serie de recomendaciones en el programa Hoy por Hoy de la Cadena Ser Almería:
Un golpe de calor es un trastorno provocado por el aumento de la temperatura en el cuerpo. Puede ocasionar síntomas como vómitos, dolor de cabeza o malestar general. Afortunadamente la mayoría de los casos son leves.
Los niños tienen una mayor predisposición a sufrir golpes de calor que los adultos, debido a que sus cuerpos poseen una mayor proporción de agua. Es importante tener especial cuidado con los más pequeños. Así, es recomendable evitar salir a pasear con tu bebé en las horas centrales del día, de 12.00 a 17:00, que son las de más calor. Además, cabe señalar que el uso de carrito puede ocasionar que el bebé pase aún más calor.
La piel de los niños es muy sensible. Es aconsejable prevenir las quemaduras, reduciendo la exposición al sol. En este sentido, el mejor momento para ir a la playa o a la piscina son las primeras y las últimas horas del día y es recomendable mantener a los bebes el mayor tiempo posible a la sombra, ya que ésta es la mejor protección frente al sol que existe.
Esto no implica de modo alguno que se pueda prescindir de los protectores solares. Éstos deben utilizarse con un factor de protección por encima de 15 y renovarlos constantemente, especialmente, cada vez que el niño se bañe.
Si, pese a todas las precauciones, tu hijo se quema, es importante actuar: si las quemaduras son leves, es recomendable hidratar la piel; si son severas, lo más aconsejable es acudir a un centro médico.
El riesgo más grave durante el verano, sin duda, son los ahogamientos tanto en piscinas como en la playa. Para evitar estas situaciones, es importante vigilar a los niños, especialmente, en los momentos de mayor peligro, que son las llegadas y salidas de los hoteles y zonas de baño, así como durante los encuentros fortuitos con conocidos en los que los adultos pueden despistarse. Nunca es recomendable dejar a los más pequeños a cargo de sus hermanos mayores, ya que es una gran responsabilidad que no deben asumir.
Además de vigilar a los niños pequeños, no debemos descuidar a los adolescentes, que pueden adentrarse en el mar y exponerse, así, a situaciones de cierto peligro.
No existen alergias a las picaduras de los mosquitos, pero éstas afectan a unos niños más que a otros. Para evitarlas, se pueden utilizar repelentes específicos para niños. La mayoría de los productos autorizados pueden utilizarse en mayores de 6 meses.
En verano, con los baños en piscinas y en el mar, el agua que entra en el oído, en ocasiones, se almacena dentro y se puede infectar, dando lugar a la otitis externa, que a menudo es motivo de urgencia en pediatría.
Para evitar la otitis externa se recomienda impedir, en la medida de lo posible, que los niños se sumerjan durante mucho tiempo en el agua. A mayor tiempo sumergido, mayor probabilidad de otitis externa.