En verano, con las vacaciones escolares, los niños tienen más tiempo libre. En estos meses, los más calurosos del año, pasan más tiempo en la calle. Los juegos y las actividades de ocio marcan sus días y este gasto de energía, sumado a las altas temperaturas, hacen que sea fundamental una buena alimentación.
Así lo destacan las especialistas en Nutrición de Grupo IHP, María Rodríguez Lazo y Rocío Galván Banqueri, que nos ofrecen una serie de recomendaciones para cuidar la alimentación de nuestros #GrandesPequeños durante este periodo de vacaciones:
- La hidratación es fundamental: Es muy importante que los pequeños beban mucha agua y coman alimentos ricos en ella como la sandía, el pepino o el gazpacho, para mantenerse bien hidratados. Si les cuesta trabajo beber agua, podemos añadir cubitos de hielo, rodajas de naranja, limón, menta o hierbabuena para darle sabor. También podemos sustituir el agua por refrescos saludables.
- Hay que comer fruta: Lo recomendable es consumir al menos dos o tres piezas de fruta al día. Podemos dárselo a los niños en helados o polos caseros, en batidos de frutas y granizadas.
- Verduras y legumbres también en verano: Debemos incluirlas en almuerzos y cenas. En el caso de las legumbres, podemos dársela a los niños empleando recetas más refrescantes que los guisos, como el hummus, en ensaladas o aliños.
- Los snacks saludables son una buena opción: Los encurtidos, altramuces, fruta cortada, o frutos secos son una buena forma de combinar el ocio de un día en la playa o en la piscina sin dejar de lado los buenos hábitos alimenticios.
- Los bocadillos también pueden ser saludables: Podemos utilizar pan integral y rellenos saludables como lechuga y tomate.
Además, María Rodríguez Lazo recomienda complementar una alimentación sana con ejercicio físico para mantenerse activo. Podemos aprovechar el verano para practicar deportes acuáticos, como el paddle surf, la natación o el surf, ya que es una forma de que nuestros pequeños se diviertan a la vez que se refrescan.