En verano nuestros pequeños están disfrutando de las vacaciones: viajes, piscina, playa, amigos, actividades al aire libre, campamentos... Con las altas temperaturas y el sinfín de actividades de toda índole que llevan a cabo, es imprescindible que nosotros, como más y papás, nos preocupemos por su hidratación porque el riesgo de deshidratación y de que se presenten golpes de calor, aumenta.
Para compensar estos cambios y aumentos de la temperatura ambiental y corporal, como explica Jerusalén Antúnez, nutricionista de Grupo IHP, “hidrataremos a los pequeños con agua, que es el nutriente más absolutamente necesario para el mantenimiento de nuestro organismo. Pero no sólo con líquidos, también a través del mantenimiento de una dieta adecuada. Las propias frutas y verduras aportan agua. Además, su consumo disminuye futuras enfermedades crónicas como el cáncer o de tipo cardiovascular”.
Algunos alimentos ricos en agua: melón, sandía, gazpacho, helados sin azúcar... ¡La variedad es infinita!