Todas las personas han sufrido hipo en algún momento de su vida. Se trata de una contracción del diafragma que va acompañada de la de los músculos que facilitan la inspiración de aire, a lo que le sigue un cierre de la glotis. Este movimiento puede resultar muy molesto e incontrolable, sobre todo para los más pequeños.
En este sentido, es interesante indicar que desde el inicio de la gestación los bebés pueden tener hipo. Así, en ecografías se ha podido observar que a las ocho semanas el embrión tenía movimientos que podrían ser hipo. Este va aumentando de frecuencia a medida que avanza el embarazo y ya en el tercer trimestre, el feto muestra incluso seis movimientos por minuto de este tipo.
La Dra. María José Gil Domínguez, pediatra de Grupo IHP en Sevilla y Huelva, explica que el hipo "se provoca por una irritación del nervio frénico, que es el responsable de la movilidad de estos músculos".
Aunque se desconoce con exactitud la función del hipo, ya que no es un mecanismo de defensa del organismo como la tos o el estornudo, los expertos sí indican que, drante la gestación, podría servir para entrenar los músculos respiratorios antes del nacimiento, pero en la vida extrauterina se desconoce para qué aparece.
No obstante, sí están muy localizados los factores desencadenantes del hipo en la edad pediátrica, que son los siguientes, según detalla la nuestra especialista:
La Dra. Gil nos cuenta que exisiten diferentes tipos de hipo, clasificados según la duración del mismo. Se trata de una clasificación importante a la hora de evaluarlo:
El más común en niños pequeños es el hipo agudo. “Suele durar pocos minutos y desaparece solo sin ninguna actuación. En niños, y sobre todo en bebés menores de un año, es una circunstancia muy habitual que no debe preocuparnos en absoluto”, destaca la doctora.
No obstante, el hipo puede ser preocupante si se presenta con demasiada frecuencia o dura más de 48 horas. Hablaríamos entonces de un hipo crónico, que podría estar asociado a algunas patologías. ”El nervio frénico, cuya irritación es responsable del hipo, tiene un largo recorrido de la cabeza al abdomen. Diversas patologías a estos niveles pueden desencadenar una irritación continuada del nervio, dando lugar a un hipo prolongado en el tiempo”, alerta.
Además, hay problemas de salud que en la edad pediátrica cursan con hipo como “el reflujo gastroesofágico, la hernia de hiato, infecciones del sistema nervioso central, traumatismo y/o cirugías a lo largo del recorrido del nervio frénico, infecciones respiratorias, neoplasias y alteraciones metabólicas como la diabetes”, detalla la pediatra.
No hay ninguna medida infalible para eliminar el hipo en los bebés, por lo que lo más efectivo es prevenir su aparición de esta manera, tal como cuenta la experta:
En el caso de que ya haya aparecido el hipo, la pediatra recomienda cambiar al bebé de postura, darle el chupete para que succione, masajearle la raíz nasal y hacerlo estornudar pasándole un pañuelo de papel por los orificios de la nariz.
Las técnicas como dar un susto no son recomendables, ni siquiera en niños más mayores, al igual que pedirles que aguanten la respiración. “Pueden marearse por la apnea o angustiarse por la intensidad del susto”, destaca.
Fuente: Hola