Andalucía ha sido una de las primeras comunidades autónomas en inmunizar a los niños frente al virus respiratorio sincitial, un virus que puede ocasionar graves problemas de salud especialmente en los más pequeños.
En este artículo de blog, el Dr. Ignacio Salamanca de la Cueva, coordinador de la Unidad de Investigación de Grupo IHP, nos explica en qué consiste este virus, qué consecuencia puede tener para nuestros #GrandesPequeños y cómo podemos protegerlos.
El VRS es un virus respiratorio conocido por ser el principal causante de bronquiolitis en niños. De hecho, el 70% de los lactantes ingresados por bronquiolitis es a causa de este virus.
Inicialmente, los síntomas del VRS son similares a los de un resfriado común: tos, mucosidad y congestión nasal. Sin embargo, estos síntomas pueden empeorar en las 48 ó 72 horas posteriores, ocasionando dificultades respiratorias, aumento de la frecuencia respiratoria y sibilancias, lo que comúnmente se conoce como "pitos", que se producen por el paso del aire por las vías respiratorias que están obstruidas o cerradas.
Aunque todos podemos contraer el VRS, produce un mayor número de complicaciones en la población infantil. Asimismo, y pese a que la mayoría de los niños se contagiarán al menos una vez en sus primeros dos años de vida, esta infección presenta una especial gravedad en los menores de seis meses y en aquellos que poseen factores de riesgo, como prematuros, o los que padecen problemas cardíacos o respiratorios.
El virus respiratorio sincitial puede tener consecuencias tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, produce una infección en las vías respiratorias, causando bronquiolitis, obstrucción de los bronquiolos, especialmente en los más pequeños. Esta enfermedad puede comprometer la respiración del bebé hasta el punto de necesitar hospitalización, incluso en la UCI. A largo plazo, muchos lactantes que han contraído el VRS pueden desarrollar bronquitis recurrente y asma infantil en los años siguientes.
La prevención es la única forma de luchar contra el VRS y frenar la bronquiolitis. Gracias a la inmunización, vamos a poder proteger a los lactantes, a los niños menores de seis meses, a los prematuros y a aquellos con factores de riesgo. Así, no sólo evitamos esta infección, sino también sus consecuencias a largo plazo.
Gracias a los avances médicos, ahora contamos con un anticuerpo mejorado que permite proteger a todos los niños menores de seis meses con una sola dosis. Esta medida es especialmente relevante este año, ya que por primera vez se tiene la posibilidad de inmunizar a todos los bebés de esta edad o aquellos con factores de riesgo.
La inmunización de los más pequeños no solo tendrá un impacto positivo en la asistencia sanitaria, sino que, sobre todo, mejorará la salud y calidad de vida de nuestros recién nacidos y sus familias.