Los pies de nuestros hijos son una parte vital de su desarrollo y crecimiento y, por ello, es importante asegurarse de que esta parte del cuerpo mantenga una salud óptima. Sin embargo, ¿les prestamos la suficiente atención?

La Dra. Luz María Alonso Barbero, podóloga y coordinadora de la recientemente estrenada Unidad de Podología Pediátrica de Grupo IHP, nos habla de cuándo y por qué se debe consultar a un especialista. ¡Atentos!

• Primera revisión. Es importante que, si no se ha hecho antes, el niño acuda a una primera consulta con el podólogo al cumplir los tres años. A esta edad, el estudio del especialista es fundamental para determinar, por ejemplo, si el menor necesita tratamiento con plantillas. Recurrir a soluciones que traten y rehabiliten el pie infantil lo antes posible permite un mayor margen de corrección durante la etapa de crecimiento. Además, tratar a tiempo casos de uña encarnada o pie plano evita que se conviertan en un problema mayor.
• Prevenir problemas futuros. El especialista en podología realiza estudios que podrán prevenir futuras patologías. Un examen biomecánico, centrado en el movimiento y la pisada, determinará de manera personalizada cuál es el mejor zapato para caminar o cómo mantener una buena salud del pie desde la infancia en adelante. 
• Si tu hijo o hija practica deportes de impacto. Si practican habitualmente deportes como el fútbol, el tenis o el baloncesto, ejercicios que implican acciones de saltar o correr, requieren una mayor atención médica que prevenga la aparición de lesiones y patologías o que, en el caso de que se produzcan, contribuya a una pronta rehabilitación.
• Vigilar la piel de los pies. Las infecciones dermatológicas de los pies, como las verrugas plantares o el pie de atleta, pueden mermar la calidad de vida de tu hijo. Un tratamiento podológico adecuado ayuda a aliviar los síntomas de estas enfermedades, como eccemas y picores.