El Método Schroth fue inventado por Katharina Schroth, quien padecía escoliosis. El tratamiento se basaba en su convicción de que podía tratar su propia escoliosis mediante el ejercicio. Desarrolló una serie de maniobras usando un espejo y la respiración dirigida, técnica que expande el tórax para remodelar el tronco y la espalda. Su éxito al abordar su propia escoliosis la impulsó a tratar a otros pacientes y difundir la técnica. Hoy en día el Método Schroth se practica en todo el mundo.
El objetivo del tratamiento de la escoliosis idiopática del adolescente es prevenir la progresión de la deformidad una vez que se inicia el tratamiento y ayudar al paciente a llegar a la madurez esquelética con una curva de menos de 40 grados.
Cuando las curvas superan los 50 grados existe una gran probabilidad de que continúen aumentando con el tiempo. A ciertos grados alcanzados se recomienda la cirugía para corregir la escoliosis y detener la progresión de la curva.
El tratamiento conservador de la escoliosis está enfocado, por tanto, en evitar la cirugía. En la actualidad, los métodos conservadores que utilizamos para tratar la escoliosis de forma no quirúrgica son los corsés y los ejercicios fisioterápicos específicos para la escoliosis (EFEE). Ambas opciones requieren un compromiso importante y prolongado del paciente y su familia, así como un equipo cualificado de profesionales: médicos, fisioterapeutas y técnicos ortopédicos.
En el año 2017 tuve la oportunidad de realizar una estancia formativa en el Daniel and Jane Och Spine Hospital de Nueva York junto al Dr. Michael Vitale. Este hospital forma parte del New-York Presbyterian, catalogado como uno de los mejores centros sanitarios del mundo, y dedicado a brindar una atención de la más alta calidad y compasión a sus pacientes.
Durante esta estancia pude comprobar que el enfoque que ofrecían a sus pacientes para el cuidado de la columna vertebral era muy personalizado y multidisciplinar: cirujanos ortopédicos, fisioterapeutas, técnicos ortoprotésicos, anestesistas, pediatras, etc. Todos trabajaban de manera conjunta para proporcionar un enfoque integral, pero a la vez individualizado, en la atención diagnóstica, terapéutica e incluso quirúrgica para cada paciente.
El impacto que supone para un paciente y su familia recibir la noticia de que tiene escoliosis es importante, y genera unos niveles de ansiedad y preocupación considerables.
Es extraordinariamente relevante que la familia perciba nuestro interés y compromiso en que todo evolucione de la mejor manera posible.
Los pacientes deben recibir una información lo más completa posible, siempre ajustada a su nivel, obviamente, con objeto de poder tomar las decisiones de la manera más sopesada.
Nuestra misión debe ser aclarar dudas y ofrecer las diferentes opciones terapéuticas que existen, y hacerlo siempre desde la honradez y la profesionalidad.
Cuando esta transmisión de información es veraz y razonada, el paciente y su familia suelen entender la situación y participar de manera activa en la toma de decisiones.
El diagnóstico de escoliosis afecta a toda la familia, y estamos comprometidos con ellos, apoyándolos a lo largo de este proceso. Nuestro equipo incluye médicos, fisioterapeutas, técnicos ortopédicos, etc. Cada miembro del equipo aporta un conjunto único de fortalezas y habilidades para el proceso de tratamiento, y al trabajar en cooperación abordamos todos los aspectos de su cuidado, incluyendo el perfil psicológico.