El descubrimiento de la relación causal entre la infección por el virus del papiloma humano (VPH) y el cáncer de cérvix por el premio Nobel alemán Harald zur Hausen ha sido uno de los grandes hitos de la medicina en el siglo XXI. Este importante hallazgo facilitó el desarrollo de la primera vacuna diseñada para prevenir el terrible cáncer. En los últimos años se han sumado otros tumores conectados a este virus, no solo en mujeres sino también en hombres, lo que nos ha hecho comprender la importancia de la prevención a través de la inmunización universal en ambos sexos.
El pasado mes de abril, el Senado instó al Gobierno de España a extender la vacuna del virus del papiloma humano a varones, una medida que están esperando las comunidades autónomas para tomar decisiones al respecto y que facilitaría seguir una política común a nivel nacional. Sin duda, esta iniciativa es un paso muy importante a favor de la ansiada igualdad de género. En medio de esta espera, la pasada semana el Gobierno de Cataluña se adelantó a la Administración central y anunció la vacunación gratuita contra el VPH en niños de 11 a 12 años a partir del próximo curso escolar 2022-2023. Se trata de una decisión sanitaria muy importante, que esperamos que pronto adopten otras autonomías (Galicia anunció que la incorporaría al calendario vacunal), teniendo en cuenta que el VPH es la causa más frecuente de infección de transmisión sexual, con una media de afectación del 14% en el caso de las mujeres y de en torno al 60% en varones. Más de un 80% de las personas sexualmente activas contraerán la infección por este virus alguna vez en la vida.
Aunque en la mayoría de los casos, el VPH no provoca ningún problema grave de salud, en algunas ocasiones esta infección puede acarrear complicaciones, como las verrugas genitales, que son benignas pero muy molestas y frecuentes en ambos sexos, o algunos tipos de cáncer, como el 100% de los que afectan al cuello uterino o cérvix, el 70% de vagina y el 40% de vulva en mujeres, el 50% de los cánceres de pene en varones y otros tumores en ambos sexos, como los orofaríngeos y los anales. Por esta razón, y porque los asintomáticos pueden transmitir el virus a terceros sin saber que están infectados, es tan recomendable la vacunación contra el VPH tanto en niñas como en niños, antes de que comiencen cualquier tipo de actividad sexual.
Desde el 2007, en nuestro país la vacuna contra este virus está financiada para su uso en niñas y existe consenso científico en que la vacunación es segura y eficaz. Sin embargo, la vacunación sistemática contra el VPH en ambos sexos es la única forma de poder erradicar esta infección, que no entiende de fronteras ni de competencias autonómicas. Proteger a niñas y niños no solo produce un beneficio individual, sino que además impide la transmisión a las mujeres, disminuyendo el riesgo de tumores en ellas, fundamentalmente. No debemos olvidar que el VPH es cosa de todos y que una voz unánime sobre la inmunización supondrá una mejora en la salud global y una reducción de los costes que para la sanidad suponen los tratamientos frente a los problemas que ocasiona este virus.
Dr. Francisco Giménez Sánchez,
Coordinador de Pediatría de Grupo IHP en Almería y Granada y director del Instituto Balmis de Vacunas
Fuente: La Voz de Galicia