Tras el nacimiento, se realiza una prueba de cribado de hipoacusia infantil: OEA (Otoemisiones acústicas), donde se analiza la integridad del caracol (oído interno). También contamos con otros instrumentos de detección precoz de la hipoacusia que son los Potenciales Evocados Auditivos de Tronco Cerebral (PEATC), donde se analiza la integridad de la vía auditiva.
Los niños presentan en sus dos o tres primeros años de vida una colaboración limitada a la hora de explorar la audición, por los que las pruebas auditivas consisten en el análisis de la respuesta frente a juguetes que emiten sonidos calibrados (Audiometría conductual), donde se requiere un personal cualificado y experimentado. También en esta edad se pueden realizar la timpanometrías, para diagnosticar la presencia de contenido mucoso en el oído medio, como el que se presenta en las otitis seromucosas).
En niños mayores de 4 años, suele ser suficiente con realizar una audiometría normal liminar en cabina, complementando el estudio con una timpanometría o impedanciometría.