¿Qué es la psoriasis?
Es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que cursa por brotes y que muestra una gran variabilidad clínica y evolutiva. Tiene un importante impacto en la calidad de vida de los pacientes y su prevalencia es variable, afectando al 2-3,5% de la población general.
¿Qué tipos de psoriasis existen?
La forma más frecuente en cualquier grupo de edad es la psoriasis en placas, en la que se observan lesiones en zonas de extensión, como son, fundamentalmente, codos y rodillas, así como en la región sacra y cuero cabelludo, pudiendo aparecer lesiones en otras áreas del tegumento.
¿Es hereditaria?
Hasta un 30% de los pacientes con psoriasis tienen un familiar de primer grado afecto.
¿Qué causas la generan?
Es una enfermedad de etiología desconocida, en la que participan factores genéticos que predisponen al desarrollo de la enfermedad y ambientales.
Dentro de los factores ambientales que pueden desencadenar un brote de psoriasis se encuentran los traumatismos; infecciones (especialmente frecuentes en la forma de psoriasis en gotas); algunos fármacos (litio, beta-bloqueantes, antimaláricos y antiinflamatorios no esteroideos); situaciones de estrés y ansiedad; factores clímáticos (mejora en verano y suele empeorar en invierno); ingesta de alcohol; hipocalcemia y factores hormonales (presenta picos de máxima incidencia en la pubertad y menopausia y suele mejorar durante el embarazo).
¿A partir de qué edad puede manifestarse?
La media de edad de inicio de la enfermedad se sitúa en torno a los 8 y 11 años, aunque la psoriasis puede presentarse muy precozmente, apareciendo durante el primer mes de vida, con especial afectación del área del pañal, e incluso, aunque excepcional, existen casos de psoriasis congénita.
¿Afecta de alguna forma al desarrollo del pequeño?
Las formas artropáticas extensas causan impotencia funcional y, según el grado de extensión de las lesiones cutáneas, los casos con una importante afectación de la superficie corporal pueden ser causa de estrés, ansiedad, baja autoestima, y otros problemas relacionados tanto para el paciente como para su entorno familiar.
Además, en los pacientes pediátricos con psoriasis se ha descrito un riesgo aumentado de obesidad, síndrome metabólico, diabetes mellitus, artritis reumatoide y enfermedad de Crohn, así como una mayor frecuencia de trastornos de ansiedad, depresión y trastorno bipolar en comparación con niños sanos.
¿Cómo se realiza su diagnóstico?
En base a la clínica, realizando una inspección minuciosa del paciente, y valorando la morfología y distribución de las lesiones. Ante casos dudosos, la biopsia cutánea confirmará el diagnóstico. El diagnóstico de las formas artropáticas se realiza conjuntamente con reumatología, y, en esos casos, las pruebas de imagen son importantes para diferenciarla de otros procesos con afectación osteoarticular.
¿Cómo se debe tratar tanto en niños pequeños como en la adolescencia?
Existen varios escalones de tratamiento. El primero y más utilizado es el tratamiento tópico, basado fundamentalmente en principios activos que se combinan en el mismo preparado y actúan de forma sinérgica, como son los corticoides tópicos y análogos de la vitamina D. Otros tratamientos tópicos que se utilizan son los emolientes, queratoíticos y retinoides.
En los casos que no se controlan con tratamiento tópico, cuando existe una importante afectación de la calidad de vida (afectación de zonas visibles, formas palmoplantares, genitales o con impotencia funcional) o cuando la afectación de la superficie corporal es superior al 10%, se emplean otras terapias, como la fototerapia (tratamiento con luz ultravioleta), las terapias sistémicas o los fármacos biológicos.
¿Se puede llegar a curar con el tiempo?
Es una enfermedad crónica, aunque en ocasiones presenta periodos prolongados de remisión.
¿Algún consejo que podamos llevar a cabo en casa para tratarla?
El tratamiento es individualizado, y en cada paciente deberá valorarse la opción de tratamiento tópico o sistémico, según el grado de afectación. No obstante, es importante adoptar hábitos de vida saludables y control de peso y el apoyo psicológico en algunos casos, es una clave fundamental, tanto para conseguir un buen manejo terapéutico como para mejorar la calidad de vida de estos pacientes.