Al igual que a los adultos, a los niños también les cuesta adaptarse de nuevo a la rutina tras un periodo vacacional de varias semanas en el que han disfrutado de libertad, diversión y flexibilidad de horarios. Es difícil el choque con la realidad hasta llegar a adecuarnos al ritmo de la vida normal.
Cada niño necesita su tiempo y no todos tardan lo mismo en incorporarse a la vuelta al cole, por ello debemos estar atentos a los cambios que muestren, la mayoría pasajeros y evolutivamente normales, tratando de llevar a cabo una serie de recomendaciones para facilitar el proceso de la vuelta al cole:
- Normalizar los sentimientos de fatiga, tristeza, apatía, nerviosismo, irritabilidad, mostrando empatía y comprensión. Puede ser de gran ayuda compartir con ellos una experiencia personal en la que nos hayamos sentido igual.
- Restablecer días antes a la incorporación las rutinas y horarios habituales (la hora de las comidas, la hora del baño, la de acostarse y lla de evantarse más temprano…).
- Hablar con normalidad de la vuelta al cole en casa.
- Hacerles partícipes de los preparativos del material escolar, libros, mochila, transmitiéndoles el entusiasmo de empezar de nuevo.
- Apoyarnos en sus logros de los cursos anteriores y en los aspectos positivos de la vuelta al cole (ver a sus compañeros y profesores, compartir las experiencias de las vacaciones…) para afrontar ésta con confianza.
- No llenarles la rutina de actividades extraescolares de forma inmediata, hacerlo progresivamente, dándoles tiempo para adaptarse al cambio.
- Mantener actividades de ocio atractivas por las tardes y los fines de semana, para que no sientan la pérdida de las mismas de forma brusca.