En la adolescencia nuestros hijos pueden cambiar sus hábitos de alimentación, ¿qué factores pueden influir?
En esta edad, la publicidad y las redes sociales son factores determinantes que modulan la conducta alimentaria de los adolescentes, ya que en esta etapa es cuando se forjan las personalidades. En muchas ocasiones, se muestran a través de estos canales cuerpos y estilos de alimentación irreales que pueden frustrar a los menores por no poder aplicarlos a su propia realidad, lo que puede provocar la aparición de trastornos de la conducta alimentaria.
Otro aspecto importante es que en este grupo de edad se normaliza el consumo de alimentos ricos en azúcar: refrescos, zumos o bebidas energéticas, que están cargados de glucosa, cuya única función en el organismo es el almacenamiento de grasa.
También se deja de lado el grupo de los vegetales, en muchas ocasiones por desconocimiento de recetas y elaboraciones atractivas.
¿Tiene alguna influencia el historial de obesidad familiar en los niños?
En muchas ocasiones se suele pensar que como la familia es obesa, el adolescente va a sufrir obesidad, pero no es así. La genética tiene un porcentaje de influencia en ello, pero es mucho menos de lo que pensamos. El ambiente y los hábitos alimentarios que desarrolle serán lo importante.
Aunque podemos verlo como una “señal de alerta” para cuidarles aún más, la genética no es un factor determinante para “tirar la toalla” con respecto a la alimentación.
¿Cuáles son los principales riesgos para su salud si no llevan un estilo de vida adecuado?
El desarrollo de una diabetes tipo II cada vez más temprana, hipertensión, dislipemias, disfunción endotelial, mayor riesgo de padecer cáncer de colon o mama, problemas renales, baja autoestima, ansiedad…
¿Qué pautas alimentarias podemos seguir en casa?
Aparte de la alimentación, ¿qué otros aspectos ayudan?
La práctica de algún ejercicio físico que les guste y les haga disfrutar, ponderar estrategias para gestionar el estrés de una manera adecuada, como el mindfulness o el yoga.